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El hábito del coaching
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El hábito del coaching

Habla menos, pregunta más y cambia para siempre tu manera de liderar

por Michael Bungay Stanier

El hábito del coaching (2016) demuestra que el coaching real no se trata de dar consejos, sino de hacer mejores preguntas y ayudar a las personas a encontrar sus propias soluciones. Este resumen te ayudará a captar rápidamente las técnicas clave para que puedas ser un mejor coach.

Sobre el autor

Michael Bungay Stanier escribió “Haz más gran trabajo” y fue el primer Coach del Año en Canadá.


El coaching no se trata de ti—se trata de ayudar a tu equipo a crecer

Casi todos han trabajado con un coach—un maestro, un jefe, un mentor. Los mejores no solo te explican cómo hacer las cosas; te ayudan a mejorar por ti mismo. Pero la mayoría de los trabajadores dice que el coaching en sus empleos no los ha ayudado mucho. ¿Por qué? Porque muy seguido, “coaching” significa decirle a la gente lo que tiene que hacer.

Si eres líder, cambia el enfoque. El buen coaching empieza con preguntas y con escuchar, no con dar consejos. Estas técnicas ayudarán a que tu equipo sea más capaz y menos dependiente de ti.

Lo principal: haz coaching para el crecimiento, no solo para resolver problemas rápidos

Una trampa común en los gerentes: tu equipo te consulta cada decisión y terminas ahogado en tareas poco importantes. El desempeño sufre porque pasas el día apagando incendios en vez de desarrollar a tu equipo.

En vez de eso, crea el hábito de tener conversaciones de coaching regulares y breves—basta con 10 minutos. Haz del coaching una parte del trabajo diario, no un evento aparte. Así, tu equipo aprende a resolver problemas por sí mismo y tú puedes enfocarte en lo más importante.

Tres preguntas clave para un mejor coaching

Muchos gerentes solo asienten, pero el coaching real empieza con las preguntas correctas:

  1. Pregunta inicial: “¿Qué tienes en mente?”
    Abre la conversación y va directo al punto.

  2. Pregunta AWE: “¿Y qué más?”
    Motiva a la persona a profundizar, y muchas veces revela lo que de verdad importa.

  3. Pregunta de enfoque: “¿Cuál es el verdadero desafío aquí para ti?”
    Ayuda a llegar al problema real, no solo a las quejas superficiales.

Úsalas en ese orden. Ahorran tiempo, evitan que des consejos demasiado rápido y llevan a conversaciones más productivas.

Descubre qué quieren realmente las personas

El coaching no avanza si ni tú ni tu colaborador tienen claro qué quieren. Pregunta directamente:

  • Pregunta fundamental: “¿Qué quieres?”

Esto elimina confusiones y te permite ayudar en lo importante. Si no sabes bien cómo ayudar, pregunta después:

  • Pregunta perezosa: “¿Cómo puedo ayudarte?”

Esto evita que saltes a soluciones y pone la responsabilidad en el otro para que sea específico.

Di no a lo correcto, haz espacio para aprender

Antes de aceptar nuevas peticiones, pregúntate:

  • “Si digo que sí a esto, ¿a qué estoy diciendo que no?”

Eso te ayuda a ti y a tu equipo a concentrarse en el trabajo importante y no dispersarse.

Termina cada sesión de coaching con:

  • Pregunta de aprendizaje: “¿Qué fue lo más útil para ti?”

Esta reflexión ayuda a que las lecciones se queden y fomenta la mejora continua.

Cómo preguntas importa tanto como lo que preguntas

No bombardees a la gente con preguntas como si fuera un interrogatorio. Haz una a la vez y deja espacio para pensar. Evita las preguntas con “por qué”; suelen poner a la defensiva. Usa preguntas con “qué”.

No disfraces consejos como preguntas (“¿Has pensado en…?”). Escucha más de lo que hablas. No temas al silencio: da tiempo para reflexionar y responder con honestidad.

Recuerda: cada interacción—correo, chat o en persona—es una oportunidad de coaching.

Haz del coaching un hábito

Los hábitos se mantienen si tienes un motivo claro, un disparador y un plan para los tropiezos. Cuando sientas la necesidad de dar un consejo, detente y haz una pregunta de coaching.

Practica estas preguntas seguido. Escribe tu plan (“La próxima vez que alguien me pida un consejo, responderé con una pregunta”). Con el tiempo, este enfoque se vuelve automático.

Cerrando

El gran coaching consiste en hacer buenas preguntas y escuchar para que los demás puedan resolver sus propios problemas. Haz del coaching parte del día a día, mantenlo simple y sé constante—la recompensa es un equipo más fuerte y autónomo.

¿Comentarios? Escribe a hola@path.mba

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