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Mejores decisiones, menos arrepentimientos
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Mejores decisiones, menos arrepentimientos

5 preguntas para guiar tu próximo movimiento

por Andy Stanley


Las decisiones que nos definen

Imagina que estás parado en una encrucijada. Un camino te lleva a un trabajo soñado en otra ciudad, pero aceptarlo significa dejar a tus padres justo cuando empiezan a necesitarte más. El otro camino te da seguridad, pero a costa de tu crecimiento profesional. ¿Qué harías?

Todos los días enfrentamos decisiones así—unas pequeñas, otras que pueden cambiar la vida por completo. La carrera que eliges, las relaciones que alimentas, los hábitos que adoptas o abandonas. Con el tiempo, esas decisiones se acumulan y forman la historia de tu vida. El problema es que casi nunca tenemos un marco confiable para decidir. Actuamos por impulso, costumbre o porque alguien nos convenció, y después de unos años volteamos atrás y pensamos: ¿en qué estaba pensando?

El libro Mejores decisiones, menos arrepentimientos de Andy Stanley propone una salida: cinco preguntas simples pero profundas que te ayudan a cortar la autojustificación, enfocarte en lo que importa de verdad y construir una vida de la que te sientas orgulloso. No eliminan la incertidumbre, pero sí funcionan como una brújula para tomar decisiones con menos remordimientos y más sentido.


Tu vida es la suma de tus decisiones

Es fácil pensar que lo que somos depende de la suerte o de las circunstancias. Pero si lo analizas, dónde trabajas, con quién vives, qué tan estable estás—todo eso es producto de miles de elecciones que tomaste.

Aceptar esto puede doler, porque significa que parte de tu dolor fue causado por ti mismo. Pero también es liberador: si tus decisiones te trajeron hasta aquí, nuevas decisiones pueden llevarte a un mejor lugar.

El detalle es que rara vez vemos venir nuestros errores. Los grandes arrepentimientos casi nunca son un único tropiezo impulsivo. Suelen ser la consecuencia de pequeñas decisiones que en su momento parecían inofensivas. El matrimonio que terminó mal no estaba condenado desde la boda—se desgastó por años de señales ignoradas. La deuda enorme no apareció en un solo día—se construyó con cientos de compras “razonables”.

Stanley lo llama planear nuestros arrepentimientos. No caemos en los problemas de golpe: los vamos fabricando, paso a paso, con cada justificación. Por eso aprender a interrumpir ese ciclo es vital. Y todo empieza con la honestidad.


Pregunta 1: ¿Estoy siendo honesto conmigo mismo… de verdad?

El autoengaño es como neblina en el parabrisas: nubla lo suficiente para que una mala decisión parezca segura. Y lo curioso es que nos mentimos más a nosotros mismos que a cualquier otra persona.

Ese gadget nuevo lo llamas “inversión.” Esa relación llena de focos rojos la pintas como “darle otra oportunidad.” Esa desvelada con redes sociales se convierte en “solo estoy relajándome.”

Así funciona: tu corazón quiere algo y tu mente se vuelve su abogada defensora, armando un caso con verdades a medias y justificaciones convenientes.

El antídoto es una pregunta sencilla pero incómoda: ¿Estoy siendo honesto conmigo mismo… de verdad? El “de verdad” importa, porque atraviesa la versión maquillada que preferirías creer. Intenta decírtelo en voz alta, incluso usando tu nombre: ¿Estoy siendo honesto contigo, Juan? ¿De verdad?

La respuesta puede doler, pero la claridad siempre es mejor que la comodidad. Sin ella, seguirás persiguiendo lo que se siente bien hoy, pero mañana te va a pesar.


Pregunta 2: ¿Qué historia quiero contar?

Piensa en la historia que contarás en tu próxima reunión de exalumnos o dentro de veinte años a tus hijos. Cada decisión de hoy es una frase en esa historia.

Cuando eliges un trabajo, terminas una relación o enfrentas una crisis, estás escribiendo capítulos. La pregunta es: ¿serás orgulloso de contarlos o vas a editarlos, esperando que nadie pregunte demasiado?

Enfocar las decisiones como parte de una historia cambia todo. En lugar de obsesionarte con el beneficio inmediato, ves cómo encaja en el arco de tu vida.

Pregúntate: Si tomo este camino, ¿qué historia va a contar? ¿Una de valentía, integridad y crecimiento? ¿O una de atajos, evasiones y arrepentimientos?

Las historias duran más que los placeres. Escoge la ruta que te deje una historia que valga la pena repetir.


Pregunta 3: ¿Hay una tensión que merece mi atención?

A veces la lógica dice una cosa, pero el estómago dice otra. Haces la lista de pros y contras y todo se ve bien en el papel, pero esa incomodidad sigue ahí.

Esa señal merece respeto. Muchas veces tu subconsciente capta algo que tu mente consciente todavía no procesa: una inconsistencia, un riesgo escondido, una contradicción con tus valores.

Un ejemplo: un emprendedor estuvo a punto de firmar con un inversionista. En papel, las condiciones eran buenas. Pero cada vez que lo veía, sentía un malestar difícil de explicar. En lugar de ignorarlo, decidió esperar. Meses después supo que el inversionista tenía problemas legales que habrían hundido el negocio. Su intuición detectó las alertas antes de que su cabeza pudiera ponerlas en palabras.

Eso es la tensión. No siempre significa “no lo hagas.” Muchas veces significa “no te apresures.” Haz una pausa y pregúntate: ¿Qué me quiere decir esta incomodidad?

Ignorarla casi siempre conduce al arrepentimiento. Escucharla te da margen de maniobra para corregir a tiempo.


Pregunta 4: ¿Qué es lo sabio en esta situación?

Mucha gente decide preguntando qué está permitido. ¿Es legal? ¿Es correcto? ¿Puedo hacerlo sin consecuencias?

Pero la sabiduría va más allá. Una decisión puede ser legal, moral y aceptada socialmente, y aun así ser un desastre para ti.

La pregunta correcta es: A la luz de mis experiencias pasadas, mis circunstancias actuales y mis metas futuras, ¿qué es lo sabio?

Tal vez lo sabio es decir “no” a otra copa aunque los demás sigan. Tal vez es esperar para comprar casa hasta estabilizar tus finanzas. O rechazar una promoción brillante porque tu familia necesita más de ti que tu currículum.

La sabiduría también respeta los tiempos. En medio del duelo, el estrés o un cambio fuerte, hasta las buenas oportunidades pueden ser trampas. Los sabios suelen esperar a que pase la tormenta antes de tomar decisiones permanentes.

La sabiduría no es un freno: es un compás. No solo evita que te estrelles, también te orienta hacia lo que de verdad te hace crecer.


Pregunta 5: ¿Qué requiere el amor de mí?

La última pregunta es la más retadora. La Regla de Oro dice: trata a otros como quieres que te traten. El amor va más alto: pregunta ¿qué significa amar bien a esta persona, aquí y ahora?

El amor nos saca de la justicia básica y nos lleva a la sanación. Convierte la paciencia en caminar al ritmo de otro. Vuelve la bondad en ofrecer fuerza donde el otro es débil. Redefine el perdón como dejar de llevar la cuenta.

Y, como subraya Stanley, el amor elimina excusas. Ya no puedes justificar el chisme diciendo “no mentí, solo omití detalles.” No puedes excusar la crueldad con “solo fui honesto.” Cuando el estándar es el amor, esas trampas se derrumban.

Imagina que tu hijo adolescente te cierra la puerta en la cara. Tu orgullo quiere responder con enojo. El amor te pide respirar, tocar suavemente y escuchar. O piensa en un colega con quien tuviste un choque. Tu ego quiere evitarlo. El amor te impulsa a acercarte y reparar.

El amor no garantiza que la otra persona responda bien. Pero sí garantiza que tú vivas con menos remordimientos, y muchas veces, con relaciones restauradas que la mera “justicia” nunca habría sanado.


De nuevo en la encrucijada

Estas cinco preguntas—¿Estoy siendo honesto conmigo mismo, de verdad? ¿Qué historia quiero contar? ¿Hay una tensión que merece mi atención? ¿Qué es lo sabio en esta situación? ¿Qué requiere el amor de mí?—son más que una lista de verificación. Juntas forman una brújula.

No prometen respuestas fáciles. Pero sí te obligan a frenar, despejar la neblina y ver más lejos antes de dar el siguiente paso.

La vida, al final, es la suma de tus decisiones. Cada una es un giro en la encrucijada. Hazte mejores preguntas y tomarás caminos que te dejen historias que contar, relaciones que valorar y un futuro con menos arrepentimientos.


Sobre el autor

Andy Stanley es pastor, comunicador y fundador de North Point Ministries, una red de iglesias que sirve a cientos de miles de personas en todo el mundo. Conduce el programa Your Move with Andy Stanley y es autor de varios libros exitosos, entre ellos Irresistible y Deep & Wide.

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